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DOS DETALLES PARA ELEGIR EL BABERO

27 May

A veces ser primeriza se convierte en ser un poco pardilla, más sí hablamos de las «cosas que necesita el bebé», porque como novata, picas y compras, y como no aciertas, pues acabas comprando otra vez. En resumen, que te gastas la pasta de la manera más tonta. Así que, en lo que respecta al mundo babero, esta es la aportación que puedo hacer basada en mi experiencia:

Hay dos detalles que te pueden servir para elegir un buen babero; es decir, para que dure en el tiempo, sea práctico y cómodo para el bebé. No hay más que fijarse en el MATERIAL y en el CIERRE.

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¿POR QUÉ? Porque un babero tienen que ser ante todo un babero. Es decir, pasando de qué mono, qué gracioso, qué tierno… En este producto la funcionalidad IMPERA porque no tienen más misión que impedir que el bebé se manche mientras come y eso será dificil, porque está APRENDIENDO, así que a veces comerá, otras regurgitará, otras se moverá tan rápido que será imposible acertar a meterle la cuchara , y otras, incluso, estornudará cuando ya lo tenía todo dentro. Conclusión: MEJOR UN BABERO DE PLÁSTICO que un babero de ALGODÓN, FELPA, TOALLA o TELA.

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¿POR QUÉ? Pues porque el ALGODÓN , la FELPA , la TOALLA o la TELA  son materiales que se van acartonando y desgastando con el tiempo, así que, en poco tiempo y con la cantidad de lavados que habrás realizado, el babero monísimo que compraste se convierte en una lija con la serigrafia de un conejín, oso, o perrín que ha perdido parte de su cuerpo. El PLÁSTICO, sin embargo, se lava con una balleta y siempre está fantástico.

Respecto al CIERRE, siempre, siempre CORCHETES, sin duda el cierre más practico y resistente.

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¿POR QUÉ? Pues porque las otras opciones más habituales el VELCRO  o los BOTONES, no son PRÁCTICOS . El Velcro deja de pegar bien enseguida con tanto lavado y el BOTÓN o las cintas para la LAZADA, son una pelea cuando el nene o la nena no se quiere poner el babero, que es, a medida que van creciendo, la mayoría de las veces.

Así que EN RESUMEN: Plástico y corchete, aunque LO MALO es que nunca suelen ir juntos (aunque haberlos, haylos) así que, al menos, hay que tratar de conseguir una de los dos cosas.

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Si me lo hubieran dicho antes… Biberones

12 Ene

Si eres primeriza, lo más probable es que te acabes gastando un pastón en biberones, algo totalmente INNECESARIO (habla la experiencia) que se puede EVITAR sabiendo antes un par de cosillas últiles. Desde luego, si a mí me lo hubieran dicho antes, no hubiera hecho el primo comprando todos esos biberones que te recomiendan las distintas marcas para las muchas, muchísimas etapas que atraviesa el bebé en su primer año de vida. Toma nota, a la hora de comprar el biberón solo tienes que tener presentes dos cosas: tamaño y modelo.

Y ahí va mi recomendación:

– Comprar biberones pequeños, luego medianos y finalmente grandes es una enorme CHORRADA. Apenas utilizas los primeros porque el bebé enseguida empieza a comer más cantidad y se te quedan PEQUEÑOS,  así que los más EFICIENTE, PRÁCTICO Y FUNCIONAL es que desde el principio compres un biberón grande, de 240 o 300ml ( que es lo que comerá finalmente), en el que cuando haya que echar poca leche, pues se echará poco leche y a medida que haya que ir aumentando la cantidad, el envase te lo permitirá hacer sin necesidad de tener que comprar otro. Hay que tener en cuenta que los biberones cuestan en torno a los 10/12 euros, así que si sigues las recomendaciones de diferentes tamaños segun los meses del bebé te puedes dejar un pastón.

– El modelo que elijas que es importante. Yo me decanté desde el principio por los que llevan el mecanismo antiocólico que es muy útil porque, aunque el bebé no tenga cólicos extrictamente, sí que evita que trague mucho aire al comer y  esto le ayuda a tener tomas más relajadas y mejores digestiones.  También, al facilitar la succión, reduce el riesgo de infección de oído. No obstante, hay que tener en cuenta que éste no es un mecanismo MÁGICO.

Si te decantas por los anticólicos hay dos marcas muy recomendables DR.BROWN´sBEBE-DUE. En principio parecen iguales, pero tras el uso de un año hay cosillas (pros y contras) que los diferencian:

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1) DR.BROWN´S:

A FAVOR: que el mecanismo anticólico tiene solo dos piezas, lo que lo hace más facil de lavar y conservar.

EN CONTRA: que una de las piezas del mecanismo, en concreto la válvula, con el uso se empieza a poner de un color amarillento que es imposible de quitar… da la sensación de que envejece un poco peor.

dr-browns-kit-valvula-y-tubo-estandar2) BEBE-DUE:

A FAVOR: que la valvula, trasparente, no se deteriora tan rápido como la de dr.brown´s yque además el conducto por el que sale el aire tiene un sensor de temperatura que cambia de color cuando  el biberón está  demasiado caliente.

EN CONTRA: que el mecanismo anticólico se compone de tres piezas  y es más latoso de LAVAR.

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Cualquiera de las dos opciones es recomendable, además, los dos tienen piezas y tetinas de respuesto que se venden en kits o individualmente, así que no tienes que comprar un biberón nuevo para ir manteniendolo en buenas condiciones.

Lo que viene después

16 Mar

Sí, de lo que viene después. Eso es de lo que habría que hablar en esas clases pre- parto que, al menos en mi caso, fueron más parecidas a clases de gimnasia de los 70´s y terapia grupal. Y es que, lo que más temen la mayoría de las mujeres durante el embarazo es el momento de parir. A medida que se va a acercando la fecha, todos esos miedos que no habían aflorado hasta el momento, comienzan a aparecer. El mayor de ellos ¿vendrá el crío bien? Dan igual todos los avances, todas las ecografías en 2, 3 y 4D. Cuando estas a punto de parir piensas si todo estará bien y también, si tú lo has hecho todo lo bien que podías. Si quizás tenias que haberte cuidado más, hecho más ejercicio, comer más sano… Te entran remordimientos de todo tipo y colores… por ese cacho de chorizo que te tomaste en el vermut, por haberte puesto a pintar, con lo toxica que es la pintura, en plena mudanza… En fin, por todo lo que hiciste o dejaste de hacer. Pero lo cierto es que  da igual. Esos miedos, esa incertidumbre se pasa, básicamente porque parir, pares. Como sea. Con ayuda, sin ayuda, en casa con una matrona, con un médico, con epidural, sentándote en una pelota de goma, en 8 horas o en tres cuartos. Parir, pares.

Lo realmente importante y de lo que nunca te hablan a las claras, es de lo que viene después. Sí, de ese periodo que en las revistas naif de maternidad llaman «periodo de adaptación» para «que todos los miembros de la familia se vayan conociendo», como si solo nos fuéramos a tomar un café.  Pues bien, ese “periodo” no es más que el post-parto o montaña rusa hormonal.

En la mayoría de webs de mamás te dirán que si durante el post-parto tienes síntomas de melancolía, cansancio o tristeza más allá de dos semanas, te has de empezar a preocupar. Incluso para eso, para el cambio físico pero, sobre todo, existencial que es la maternidad, te ponen un tiempo delimitado. No más de dos semanas, ¡señoritas! Y acojona, la verdad, leer que tendrías que estar bien cuando ya se cumple el primer mes y todavía no has encontrado la forma de sentarte porque te duele la cicatriz de la episiotomía, no consigues  sentirte descansada ni aun durmiendo siestas de una hora, tu madre os sigue haciendo la comida y vas llorando por las esquinas cada vez que en el telediario sale una desgracia.

Así que la verdad sobre el parto es que después viene el post-parto, y eso, a mi juicio, es para lo que te tendrían que preparar en las clases pre-parto. Decirte la verdad: que estarás tan cansada, tan arrasada que te sentirás frustrada por no poder estas al 100% en el momento más importante de tu vida hasta la fecha. Que cuando el crío no se agarre al pecho y esté muerto de hambre, tú te pases el día en «tetas fuera», colgada del sacaleches y con los pezones tan agrietados que solo con el roce del sujetador te duelen, habrá un momento que tendrás que tomar decisiones que no han de pasar por la culpabilidad. No te dicen que puede que discutas con tu pareja aunque no lo hayas hecho nunca jamás, que las visitas te agobien, incluso las de la familia, que estarás irascible y al minuto simpática… Que puede que duermas por la noche o puede que no, y que eso, en días acumulados, puede hacer que se te olviden las cosas y tengas que ir pegando post-it por ahí como el de Memento, tengas menos capacidad de atención o simplemente, menos humor… Y de eso, de cómo gestionar todas estas cosas, es decir, de lo que viene después, es de lo que deberían hablar a las mujeres antes de parir. Y seguro que ninguna se echaba para atrás.